"Vamos a casarnos para coronar nuestro amor"

El corazón no demoró en indicarles que el amor verdadero había llegado. Corría 2001, cuando Ximena Capristo (30) y Gustavo Conti (32) ingresaron en Gran Hermano, el popular reality que, además de definir sus rumbos artísticos, los conduciría hacia un romance crucial y decisivo.
La pantalla chica fue su primer testigo y la intimidad compartida en seis años, su tesoro más preciado. Hoy, la pareja se halla en la antesala del momento más esperado. “Gustavo me había propuesto casarnos hace cuatro años, pero no era el momento, así que lo postergamos para más adelante. Finalmente llegó el día. Voy a cumplir el sueño de toda mujer, algo que siempre anhelé, pues no crecí en una familia consolidada, sólo tuve a mi mamá. Cuando vivís algo así, el gran sueño es envejecer con el amor de tu vida. Y sé que lo he encontrado”, confiesa Ximena con emoción.
La cálida invitación a la boda —confeccionada por Karin Design, con una caricatura de los novios—, confirma que en quince días, la pareja se casará por civil. El viernes 17 de noviembre contraerán nupcias a las 20:15, en la iglesia Nuestra Señora de Buenos Aires, ubicada en el porteño barrio de Caballito, donde creció el novio. “Elegimos la iglesia con el pasillo más largo, así no pararé de llorar hasta llegar al altar. También porque allí enseñó catequesis la madre de Gustavo, que ya no está entre nosotros. Es un lugar muy especial para los dos”, confiesa Ximena.
Asegura que ya le cuesta dormir por las noches, como consecuencia de los nervios y la ansiedad. Y que rumbo al altar lucirá un vestido audaz, pero de líneas simples, romántico y con gran movimiento. “El vestido está realizado en muselina de seda natural, con encaje francés, forrado en satén y bordado con piedras. No mostraremos a una Ximena sexy, será una princesa. Sorprenderá la cola del vestido y la espalada. También le preparamos un vestido más corto para estar cómoda. Para el civil lucirá muy a la moda, con colores básicos, con un estilo muy Victoria Beckham” -aseguran Gabriel Matteucci y Demián Brugiatelli, diseñadores de Imperio Indígena, la marca que viste a la actriz desde hace años-. La novia completará su ajuar con zapatos de Ricky Sarkany y alianzas de Testorelli. El peinado lo realizará Ariel Leggerini de Nuevo Club Bs.As. con productos Tigi y el maquillaje estará a cargo de Celeste Uría.
El novio ya tiene listo su traje, encargado a Daniel Casalnovo. El deseo de la novia fue que Gustavo usara un traje gris perla. “Llevará un levitón crêpe acanalado francés, con vivos en la solapa de raso de seda opaca. Pantalón chupín acorde con la última tendencia de la moda, un chaleco de otomán importado y un corbatón con una piedra de cristal Swarovski, que junto con unos elegantes gemelos conforman mi toque personal para novios más jugados. También tendrá un segundo cambio, en color negro. No dejamos que la novia vea nada del vestuario” -relata el diseñador-. A su lado, Gustavo dice: “Me gusta estar en los detalles y quiero que todo salga perfecto, porque este será un recuerdo que perdurará toda la vida. Ximena es una gran compañera, compartimos valores y códigos, y hemos afrontado juntos tanto alegrías como tristezas. Es la mejor mujer del mundo”. Ambos quisieron que la fiesta para 200 invitados, celebrada en un fastuoso salón estilo francés del palacio Leloir, incluyera el despliegue tradicional característico de toda boda. Habrá vals, ligas y cintas en una torta de chocolate de seis pisos. Los novios harán su ingreso en un coche antiguo y bailarán al ritmo de la cumbia, el rock y la música de los años 80 y 90.
La ambientación del salón contempla los tonos dorado, rojo y violeta, a pedido de la novia, y un amplio jardín con deck y piscina. El menú estará a cargo de Schuster Catering, e incluirá una importante recepción con variedad de fiambres, pescados, sushi y ostras. Habrá opciones light, un plato principal con pollo y lomo, y una imponente barra de tragos. El show del transformista Gustavo Moro llegará antes del típico carnaval carioca, con cotillón de Magic World, y un saxofonista también será parte del festejo, organizado por los wedding planners Javier Pita y Micaela Danozzo. “La luna de miel será en marzo, cuando regresemos de la temporada de verano. Deseamos coronar nuestro amor con una fiesta inolvidable. Tenemos muchos proyectos, pero hoy queremos vivir a pleno este momento.”