
En su última jornada de visita, la ex princesa del pop dejó a sus retoños en manos de la encargada del juzgado de monitonear los encuentros, mientras se paseaba por un local de iluminación y se entretenía comprando candelabros.
Las cámaras persiguieron a Spears durante su recorrido,por lo que la chica se mostró bastante molesta y hasta le pidió a los gritos a un fotógrafo que se alejara. Parece que la cantante, está sólo a uno paso de perder nuevamente el control.
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